miércoles, 30 de mayo de 2012

"Se hace camino al andar"


“SE HACE CAMINO AL ANDAR”
            Hace ya varios años en que escuché por primera vez esta frase, un poema de Antonio Machado, conocido como: Caminante no hay camino. Con estas palabras quiero dar inicio a este ensayo sobre mi camino hacia la docencia, ya que recogen experiencias significativas que poco a poco, día a día se han ido fortaleciendo y consolidando.
La escuela fue para mí muy especial, era como mi segunda casa. Allí aprendí a compartir, conocer cosas nuevas y sobre todo a convivir. Era todo lo contrario a lo que había vivido en la escuelita con la maestra Emilda, quien nos daba un reglazo en la palma de la mano cuando no le dábamos bien la lección o no hacíamos las tareas. Nunca me gustó esa aptitud suya con nosotros, pero ella decía que solo así aprendíamos.
Me gustaba mucho jugar, como toda niña y también conocer a los maestros, de ellos tengo recuerdos muy gratos. Con el Maestro Henry en primer grado, sentía mucho su cariño, dedicación con cada uno de nosotros, su esfuerzo en que todos aprendiéramos a leer y escribir; en cuarto grado volvió a ser mi maestro, allí siempre me daba responsabilidades para ayudarle con mis compañeros en las actividades, esto fue despertando en mi el brindar ayuda y enseñar desde lo que sabía. En segundo grado, tercero y quinto mis maestros eran muy exigentes, mientras que en los grados de primero, cuarto y sexto fueron para mí los años más divertidos para estudiar; me gustaba la manera de enseñar del maestro Henry y de la maestra Minerva, nos daban mucho cariño, eran exigentes con nosotros pero al mismo tiempo confiaban en cómo íbamos mejorando. Estas experiencias vividas fueron forjando en mí el ayudar también a mis hermanos.
Cuando nació mi hermana menor, recuerdo que me gustaba mucho enseñarle a caminar, tomaba un pañal la sujetaba y le iba diciendo cómo hacer para dar sus primeros pasos sin caerse. A mis 13 años mientras estudiaba en el liceo, quise ofrecerme para animar el nuevo grupo de Infancia Misionera en la Iglesia, mi grupo era de 12 niños, y eran muy tremendos, pero con la formación que nos daba el padre aprendía a ingeniármelas para que ellos aprendieran cosas nuevas como misioneros. Hacíamos muchas actividades recreativas, nos disfrazábamos, les enseñábamos canciones nuevas, trabajábamos todos los domingos un nuevo tema sobre el decálogo de un niño misionero. Si para nosotros los guías era novedad, cuánto más para ellos. Con esta experiencia fui reconociendo ese potenciar de trabajar en equipo y buscar enseñar desde la vida para la vida misma.
A mis 19 años decidí dar un paso importante en mi vida, para muchos fue de gran sorpresa, algo inesperado. Ingresé en la Congragación de Esclavas de Cristo Rey, optando por un estilo de vida diferente como lo es la vida religiosa. Es en este gran paso de mi vida donde comienzo a ver mi historia y desde ella los dones que Dios me había dado como: la alegría, la creatividad, el canto, la paciencia, responsabilidad, sentido de pertenencia, el optimismo, cercanía. Y por otro lado mis debilidades como: la inseguridad en emprender cosas nuevas rompiendo paradigmas, y una de mis debilidades: la pereza.
             En las Casas de Ejercicios tuve la oportunidad de acompañar a niños, jóvenes y adultos en la dinámica de los EE.EE, como también las convivencias. Nunca me imaginé desempeñarme en el campo de la enseñanza, aunque me gustaba ayudar a otros; notaba que tenía carisma para enseñar, pero no le daba mucha importancia a esto. Hasta que poco a poco participando del apostolado de los ejercicios espirituales fui cayendo en la cuenta del bien que se hace en un día o  un fin de semana bajo la temática de la reflexión personal, y en mi interior pensaba cuánto más se puede hacer desde la educación en donde tienes a un grupo de niños o jóvenes formándose para la misma vida, creando nuevas estrategias para transformar su entorno desde sus cualidades y conocimientos. Es entonces cuando voy descubriendo como se va despertando en mí el deseo de aventurarme en el camino de la enseñanza, lo cual conjuntamente con mis estudios dentro de  la Licenciatura en Ciencias religiosas iban afianzándose.
            El apostolado, los estudios, las experiencias compartidas de  hermanas, hermanos y compañeros que ejercían su rol como educadores, también eran motivo para encaminarme por el campo de la enseñanza teniendo como meta el enseñar para la vida. Un día tuve la oportunidad de ver por primera vez la película de Don Bosco, a quien admiro por su vida, entrega, su pasión de ganar jóvenes para Cristo. Su manera tan particular, tan cercana de llegar a los jóvenes me ayudó a ir dándole forma a mi manera propia de enseñar desde el amor, la confianza y la libertad.
            Manifestado mi deseo de estar en un aula, se da la oportunidad de poder iniciar y formarme para luego poder formar a muchos. Estuve en uno de los colegios de la Congregación ubicado en la ciudad de Medellín, Colombia. Muchos eran los momentos que poco a poco iban confirmando mi deseo de ser educadora, escogiendo a Jesús de Nazaret “Maestro de Maestros” como mi gran modelo a seguir, en quien encuentro la mejor pedagogía de la vida: solo el amor, capaz de transformar la vida humana en todos sus ámbitos.
            Estando en el Colegio, viví un momento de crecimiento personal que me llevó a tomar la decisión de salir de la Congregación. Aun así me llevaba nuevas convicciones que fui construyendo desde mi ser de mujer y religiosa, una manera diferente de ver la vida, pero también la voluntad de seguir desde fuera la tónica por la que Dios me ha estado guiando y que resumo en estas palabras: “SER UNA BUENA NOTICIA SUYA PARA LOS QUE ME RODEAN”. Convencida de sentirme llamada a dar con gratitud lo que con amor y confianza recibo de Dios, empecé a hacer mis diligencias para seguir formándome académicamente y ejercer pronto en el campo de la educación, gracias a Dios los caminos se abrieron rápidos e inicié como profesora en el área de crecimiento personal en el colegio la Inmaculada en la ciudad de Mérida Edo. Mérida.
            Transcurrido el año escolar 2010-2011, me vine a trabajar en Caracas por diversas circunstancias, en una escuela de Petare conocida como Jenaro Aguirre Elorriaga S.J, allí me desempeño actualmente como docente. Pasar de ser profesora por horas a maestra de aula no ha sido nada fácil para mí, reconozco que para serlo lo primero que debes sentir es vocación. Personal y académicamente siento que es un camino de muchos retos debido a la responsabilidad que día a día vas adquiriendo en la formación de los niños, adolescentes y jóvenes. El compromiso, la innovación, la entrega, la disponibilidad se han convertido en fortalezas dentro de este camino. Por otra parte el simple hecho de planificar me ha servido en cuanto a tener mejor organización no solo en el aula, sino también en mi vida, porque para ser sincera me considero una persona que a última hora tengo mucha facilidad para crear gracias a la fluidez de ideas.
            La experiencia hace al maestro, eso es lo que he vivido con mis alumnos. Aunque tengo muchos y muchas son las anécdotas quiero resaltar una de ellas: una fue un día en clases, en horas de la mañana una de mis alumnas no mostraba interés en sus actividades, no traía sus tareas. Me le acerqué, le hablé y le pregunté cómo se sentía, ella no me respondió, entonces hice lo que ella estaba haciendo en su cuaderno y así logré que me hablara. Luego de esto mi auxiliar me dijo: “Maestra esa niña siempre ha sido así, no pierda tiempo”, yo me enojé con dicho comentario y hice todo lo contrario, le dedique un poco más de tiempo y le puse una tarea personal a ella, le dije que yo confiaba en que me la iba a traer algún día, aunque no fuera mañana, pero yo la esperaba. Al día siguiente al entrar al salón aquella alumna con una sonrisa me entregó la tarea, y en adelante siempre le decía al oído que confiaba en ella. Hoy día la alumna ha mejorado su rendimiento académico y en el fondo eso me alegra mucho porque siempre nos hace falta sentir que personas a nuestro alrededor confían en que podemos ser cada vez mejores.
Nunca pensé lo complejo que es ser docente, debes cumplir diferentes roles al mismo tiempo, como: ser facilitadora, acompañante, amiga, hermana, psicólogo, enfermera, madre, padre todo esto dentro y fuera del aula de clases. Porque he aprendido que no solo hay que dar ejemplo de vida sino también amor y cariño a los niños, motivarlos en su crecimiento, mostrarles nuevos horizontes para sus vidas en medio de una realidad tan llena de violencia en la que viven y encontramos vacíos afectivos. Mientras más comparto con mis alumnos voy descubriendo que mis deseos de ayudarles se hace cada vez más grande, por la cual me esfuerzo en tener más herramientas, más conocimientos y de esta manera convertir lo que hoy es una gran debilidad para mí, como lo es no tener académicamente mi titulo de licenciada, en una fortaleza.
Con este pequeño resumen sobre mi experiencia de vida de cómo fue naciendo mi vocación como docente compruebo una vez más que todo esto ha sido el resultado de que un camino que se ha hecho al andar.

Leidy Diana Prieto Bohórquez.

lunes, 21 de mayo de 2012

Reconociéndome Tal Como Soy


Alan Chapman 2001 define La matriz DOFA (conocido por algunos como FODA, y SWOT en inglés) es una herramienta de gran utilidad para entender y tomar decisiones en toda clase de situaciones, en negocios y empresas. DOFA es el acrónimo de Debilidades, Oportunidades, Fortalezas y Amenazas. Los encabezados de la matriz proveen un buen marco de referencia para revisar la estrategia, posición y dirección de una empresa, propuesta de negocios o idea.
Robert S. Kaplan y David P Norton (2004), plantean que a la hora de tomar decisiones en el mundo de los negocios es fundamental determinar correctamente las consecuencias de las acciones tomadas por la empresa. Toda acción realizada genera consecuencias positivas o negativas,  por lo que es de suma importancia para el beneficio del negocio, realizar una evaluación para tener una visión general de la acción a realizar.
Analizando las citas anteriormente expuesta de estos Autores, puedo tratar de adaptar esos conocimientos mediante  ciertas situaciones de mi vida, aplicando parte de  la matriz DOFA y evaluando las consecuencias que han resultado de las decisiones que he tomado en esos momentos; y desde ese sencillo ejemplo; puedo ir aprendiendo a utilizar esas herramientas valiosas que cada día son importante aplicarlas en el ambiente laboral y a la  empresa. 
Expongo lo siguiente:
Desde muy temprana edad cuando estudiaba en la Institución Educativa San Cayetano Colombia, me esforzaba por tener buenas notas, con el fin de ser el estudiante apoyo del profesor Ortiz, muy conocido por su apellido y por su alto grado de enseñanza, el cual admiraba;  logré ser por varios años  el mejor en matemática -asignatura que el profesor daba - teniendo la oportunidad de ayudar a mis compañeros con las clases que el maestro daba.
Además también los apoyaba para el estudio de los exámenes, entonces, nació en mí el deseo de ser profesor de Matemática y por medio de este hecho pude darle ejemplo  a los jóvenes que todo es posible; si nos proponemos a hacerlo.  Mi mayor logro hasta ese momento fue,  haber participado en las Olimpiadas de Matemáticas, donde tomaban a los 10 mejores de la institución para que  representaran a nivel regional.
            Al cabo de un par de años, me vengo a Venezuela, para terminar mis estudios y los realizo en la U.E.N. Alejo Fortique,  donde culmino mis estudios como Bachiller  Mención: Contabilidad;  y es aquí, donde mi visión cambia, porque descubro que tengo una debilidad; llamada  exceso de confianza, esta situación  me llevó, en mi primer año de bachillerato a perder 6 materias; entre ellas, se encontraba Matemáticas; siendo mi materia favorita.  El Coordinador de la Institución, Douglas Jaramillo, me advirtió que fuera buscando otro lugar para estudiar,  si no pasaba las materias en reparación, aquí  aflora una gran fortaleza que poseo, trabajar bajo presión; y valla  presión.  Para mi mayor satisfacción, logré pasar todas las materias en el primer examen y para el último año de estudio, me convertiría en 1 de los 5 mejores estudiantes sobrepasando a mi compañera del año anterior.
Inmediatamente recién graduado ingreso a estudiar en el Instituto Universitario de Administración y Gerencia (IUDAG) cursando Administración, Mención: Finanzas, cuando recién termino mis  estudios, mi vida da un giro drásticamente, pues de vivir en la Urbanización de los Campitos, Ubicado en  Baruta, paso a vivir a Petare específicamente en el Barrio 5 de Julio porque mi padre fue despedido de su trabajo donde se desempeñaba como conserje.
Todos los domingos íbamos a misa a la iglesia Dulce Nombre de Jesús, a los   meses  mi Mamá, se entera que en el barrio hay una capilla donde podemos asistir a misa y dejamos de ir los domingos a la zona colonial y nos dirijamos a la Capilla María Auxiliadora a escuchar la palabra de Dios, allí conocí a el Padre Lorenzo Stocco, quien considero mi mentor; me propone a dar un curso en el Barrio para jóvenes de edades comprendidas de 15 a 25 años, sentí que era una gran oportunidad y se estaba dando el impulso que me faltaba para iniciar mi proceso como Docente, pero era bastante joven y tenía miedo; pero se lo entregué a María Santísima y   no dudé en decidir colaborar con esa obra de Dios.
Hoy en día soy catequista, apoyo al grupo de confirmación y pertenezco al movimiento juvenil Salesiano como animador y representante de Liturgia ante el Arciprestazgo de Petare, por la  comunidad de Barrios Unidos de Petare y me considero 100% Salesiano. Me da gusto, enseñar a todos los jóvenes que Dios me pone en el camino para que sean  Ciudadanos Honrados  y Buenos Cristianos.
Mi gran anhelo es aprender de Don Bosco,  a ser Padre, Maestro y Amigo, de todos los niños(as), jóvenes y adolecentes, especialmente, los más necesitados y sobre todo  los que han dejado sus estudios por alguna razón.  Durante este tiempo en el camino de la fe, he aprendido que nada vale saber las cosas sino las practicamos a favor de los más necesitados. Sin olvidar mis orígenes de teatinos (o Clérigos Regulares) congregación creada por San Cayetano que con su vida y con su trabajo ha creado en mí, el deseo de trabajar, no solo por el pan sino por la vida de cada joven que se encuentra triste, abandonado,  desvalido y huérfano.

Conclusiones:

Hoy puedo decir que cada día voy reconociendo mis debilidades; tales como: me cuesta ser ordenado, me cuesta decir no,  soy excesivamente apegado a mi familia; pero voy poniendo sobre ellas todo el empeño de ir corrigiéndolas y convirtiéndolas en mis fortalezas; trato de analizar cada oportunidad que se me presenta para tomar la mejor decisión, bajo la luz de Dios y lo mas importante he aprendido no evadir las amenazas en mi vida o alrededor;  sino atenderlas, enfrentarlas  y solucionarlas con sabiduría, paciencia y valentía.
Todo este aprendizaje puedo concretarlo en que el tiempo de Dios es perfecto y cuando me siento cansado y angustiado, él me hace reposar en verdes praderas y   me cumple su fiel promesa de que nunca me abandonará.  También mantengo presente en mi corazón la palabra de nuestro Señor: Dejad que los niños vengan a mí.     Pues con su ayuda, puedo hacerme uno igual a ellos para entrar en el Reino de Dios.



sábado, 19 de mayo de 2012

Sí voy a ser Docente


REPUBLICA BOLIVARIANADE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION SUPERIOR
INSTITUTO UNIVERSITARIO “JESUS OBRERO”
CENTRO DE PROFESIONALIZACION FE Y ALEGRÍA.






SI VOY A SER DOCENTE…




Participante:
Hugo E. García B.



Caracas, 13 de Enero de 2012
            Cuando me pidieron que escribiera sobre el porque decidí enrumbar mi vida hacia la docencia me encontré en una especie de encrucijada, o mejor dicho estuve bastante tiempo cavilando sobre ese ¡por qué!  Debo aclarar entonces que en un principio, cuando estaba en la etapa adolescente en la que debía tomar una carrera en que tuviera un futuro no fue precisamente la educación la que llamó más mi atención.  Sin embargo a lo largo de los años tuve muchas dificultades para decidirme por algo, pues aunque siempre me he caracterizado por ser atento y tener una gran retentiva, lo que me ha ayudado en gran parte a ver muchas cosas de la vida desde ópticas distintas, lo cierto es que he sido muy inconstante, y a menudo abandonaba una carrera por otra.

            Nunca me había exigido a mí mismo culminar una profesión, y no sé si fue causalidad o coincidencia que en el año 2004 empezara a trabajar en una escuela; fue mi primera experiencia como docente, comencé como especialista de música, que ha sido una de las tantas carreras que he estudiado, y desde entonces ya van 8 años que me dedico a la enseñanza. Y me llama mucho la atención que a medida que van pasando los años, me comprometo más y más con mi trabajo, lo que para mí solamente significa una cosa, me he enamorado de lo que hago.  ¿Y porque llego a esa conclusión? Cuando ingresé a la primera escuela me había dicho que sería por un tiempo, ya que esa no era la profesión que esperaba me iba a dedicar.

            Para los primeros años (2 o 3 aproximadamente) tenía problemas de adaptación, era muy mal humorado, impaciente, inconstante, había ingresado al Pedagógico de Caracas y perdí el primer semestre completo por no ir a clase, y algo que creo era una gran debilidad es que me dejaba llevar por lo que comentaran los


que eran mis compañeros de entonces.  Decidí renunciar, no era lo mío, eso estaba claro para mí, o así creía yo entonces, nuevamente mi apatía y falta de interés se ponían de primero en mis decisiones.  Pero quiso entonces el destino si se quiere que no fuera así, al poco tiempo de haberme retirado de mi primera escuela, ya estaba buscando que me asignaran a otra.  ¿Por qué ese cambio repentino?  ¿Que hizo que cambiara de opinión? La respuesta es muy simple, ahora no podía encontrarme fuera de una escuela.

            Empecé a comprender que tenía una oportunidad única en la vida, tenía ante mí la posibilidad de dar a conocer quién era, lo que sabía y lo que esperaba hacer, tenía como enseñarle a los niños y jóvenes que existe un mundo distinto, que hay alternativas;  por esa razón volví a las aulas, ahora con el ímpetu y entusiasmo propio de quien encuentra su sendero y la luz en el camino, superaba entonces una debilidad, la inconstancia, estaba donde quería estar, me quedaba ahora encontrar mis fortalezas, lo que me ayudaría a llevar adelante el nuevo reto que me había puesto en frente, pues sabía que no iba ser fácil el camino a andar.

            Estando ya en la nueva escuela sucedió un altercado de grave importancia con un representante, el mismo es según los comentarios un peligroso azote del sector, su representada estaba en una fuerte riña con una compañera del salón, como las maestras no podían controlarlas me pidieron el favor que las separase con voz fuerte las separé y las envié a cada una a su casa, para sorpresa mía una de las involucradas buscó directamente a su papá y le dijo que la había gritado sin razón, y sin mediar palabras el individuo se me plantó en frente y me asestó una gran bofetada a la vez que me decía que la próxima vez que gritara a su hija me mataba, esto literal, los compañeros que vieron lo sucedido me auxiliaron en seguida, yo no reaccione violentamente pues consideraba que empeoraría la situación, y me retiré del colegio.  Durante toda la tarde de ese día recibí una sin fin de mensajes de las maestras y obreras de la escuela, quienes en vez de darme una palabra de aliento me decían que no debía volver, que mi vida corría peligro, etc.

            Por primera vez tomo una decisión que iba en contra de cualquier expectativa, asumí el riesgo de enfrentar la amenaza, volví al día siguiente a la escuela y entré como si nada hubiese pasado, pues quería demostrarle a los alumnos y los que trabajaban conmigo que si huía o me dejaba intimidar sería el entorno el que ganara, y mi trabajo es decirle a los niños y niñas que hay luz más allá del horizonte.  Pero lo peor vino realmente después, ya que lo grave no fue siquiera el altercado con el representante, lo peor fue que después los mismos alumnos pretendieron amenazarme con buscar al sujeto si yo les decía o hacía algo.  Para mí la verdadera amenaza y el reto fue superar esa visión de los muchachos, algunos quisieron hacer burla, otros realmente quisieron intimidarme, tuve que armarme de paciencia, y controlar mi humor para hacer ver que realmente no era susceptible a ellos, y que por más que quisieran no me intimidarían y que no sería a través de su voluntad que se iban a dar las cosas.

            No ha sido fácil, he aprendido mucho, aprovechar lo bueno y desechar lo malo, creo y considero que soy docente no por un capricho, porque durante mi época escolar, aunque tuve buenas maestras y maestros, no creo que alguno hubiese tenido que ver con mi decisión de dedicarme a la docencia, no por una razón egoísta, simplemente porque pensaba distinto, no entendía o no veía la oportunidad que se me presentaba, pues irónicamente, y aunque después de todo lo que he contado aquí pueda parecer absurdo siempre he trabajado como profesor, cuando estudiaba ingeniería de sistemas daba clases de física, matemática y química, cuando estudiaba música daba clases de cello, teoría y solfeo, por lo que puedo concluir por el momento que en el fondo nunca he estado lejos de enseñar, sólo que me demoré en llegar al camino correcto, y que ahora que estoy donde debo estar, daré lo mejor de mí para lograr ser un mejor docente.